2.25.2017

¿Estás para evolucionar? Sembrando una nueva Humanidad


¿Estás para Evolucionar? 



Cuenta la leyenda que en el principio de los tiempos, existió una civilización que dio origen a todas las otras, transformando la humanidad de su estado prehistórico a un estado cívico. Esta civilización entregó a los pueblos del mundo herramientas que le ayudasen a los hombres y mujeres a Conocer su Propósito y ¿Quiénes eran aquí en la Tierra? Construyendo diversos monumentos alrededor del mundo, demostraron su desarrollo de conexión entre el cielo y la tierra, guiándose por la geografía y la geometría del planeta. Con el paso del tiempo, su poder fue creciendo sin límites a lo ancho y largo del mundo. Cuenta Platón que todo este poder y sabiduría se convirtieron en avaricia y ansias de control, sumiendo a la humanidad y civilizaciones en una extensa decadencia, que eventualmente la llevaría a la perdición de su sentido y propósito humano. Desde la caída de esta legendaria civilización y la desconexión de todos los pueblos, todos los sistemas y naciones posteriores permanecieron sometidos a este legado cultural de Control, Jerarquía Dominio y pérdida de Propósito del Ser. Miles de años después, remontándonos a la actualidad, con el desarrollo, la evolución social, tecnológico, espiritual y científica,  hemos podido avanzar y liberarnos de muchas de estas programaciones. No obstante, debajo de todos esos logros, se mantienen en el inconsciente colectivo patrones ancestrales que aún nos derivan a un sistema de dominio y control. Miles de personas están despertando y reconociendo que es momento de transformar la realidad del mundo actual. Si bien, a lo largo de la historia, la humanidad se ha transformado constantemente, lo ha hecho desde  sus formas y no desde su esencia, atrapándonos constantemente en una red cíclica

Cómo podemos lograr una verdadera Transformación?


Si en lugar de comenzar por la forma, modificamos la Esencia?
Alineados con la evolución natural de la Tierra, una gran parte de la humanidad ha decidido embarcarse en proyectos de cambio. Tomando la responsabilidad, a través de acciones que colaboren con las diferentes necesidades. Como la ecología, la educación, la distribución de la riqueza y la igualdad de condiciones en todos los aspectos socio-culturales. Para llevar a cabo esto y sumarnos al impulso de transformación, en el año 2012 fundamos la Fundación Arsaga cuyo propósito es el de generar una gran red de redes de consciencia que ayuden a modificar viejas programaciones. Para que 1 ser humano pueda realizar un cambio en su vida, primero debe generar la conciencia de que ese cambio es necesario. Por esto nuestro
objetivo primordial es colaborar en el “Despertar de la Conciencia” que eventualmente sumará cada vez más personas a los tantos proyectos de cambio iniciados por las diferentes comunidades. Jung hablaba de una red de inconciente colectivo, que determinaba las conductas de la sociedad. Para poder transformar este inconsciente en consciente es necesario reconocer las bases que sustentan esta red. Según las leyendas de las antiguas civilizaciones, los pueblos ancestrales conocían ciertos puntos de la Tierra se podía acceder a este gran registro inconciente, puntos en donde construyeron algunos de sus monumentos. Para acceder a esta red utilizaban mantras, oraciones, cantos, música, lo que nos lleva a  comprender que a frecuencia es el lenguaje universal. Todo lo que existe se basa en un patrón trino: FRECUENCIA, ENERGÍA y MATERIA.
 La materia se constituye de energía, y la energía de frecuencia. Si buscamos transformar la materia y las acciones cíclicas que esto genera, debemos transformar la frecuencia que la constituye. Si pudieras oír todos los sonidos y ritmos de la tierra, escucharías una sinfonía armónica y notarías que solo 1 de sus instrumentos se encuentra desafinado: el ser humano. Si deseamos entonar y volver a escucharnos como parte de esta orquesta,  es necesario afinarnos. Para poder hacerlo, debemos salir de la creencia de la separación, que nos hace observarnos por encima de la Tierra cuando en realidad, somos uno con ella, yo soy la tierra.
Como nos cuenta Carl Sagan:
somos polvo de estrellas, es decir semillas universalesnacidas de la expresión del sonido universal, que a través de su fractalicización, crea la vida. En el oráculo de Delfos,  se decía que para conocer el universo, debías conocerte a ti mismo. Es decir, que dentro de nosotros encontramos todas las respuestas. Entender la biología de nuestro ser, nos lleva comprender una biología mayor, esto es conocido como el Árbol de la vida: Yggdrasil  ó Kabbalah para los hebreos
No importa que parte tomes del todo, el todo habita todas las partes.
Tomar conciencia es traer claridad a la realidad. El Universo realiza esto mediante a través la fotosíntesis, con lo cual cada árbol representa nuestro mundo a 1 neurona, y los bosques a 1 pensamiento. Como humanos, realizamos el mismo proceso a través de la conciencia y la acción, es decir que en este mundo, somos las neuronas capaces de generar una red de  sinapsis creando un pensamiento que nos lleve a la acción transformadora. Como dice Hermes (en el Kybalión “el cambio fundamental ocurrirá cuando el pensador cambie de mentalidad”. Esta red sináptica hace su recorrido a lo largo de las líneas geomagnéticas y geométricas de la tierra, de la cual, sus nodos más importantes yacen en lo que llamó Platón: icosaedro y dodecaedro. Como dirían los sumerios, un pueblo que se basaba su origen en las estrellas, somos semillas universales: I AM (Yo Soy)
Tomando el concepto de
fractalidad comprendemos que tanto la tierra como el humano, poseemos organismos biológicos, tales como huesos, glándulas y sistema nervioso. Este último, sumado al espinal y vehículo neuronal, se extiende en la tierra a lo largo de todas las cordilleras del mundo, las cuales se conectan a través de una gran falla tectónica que los científicos señalan como “el cinturón de fuego”. Al recorrerla, buscamos hacerle sentir a la Tierra, a través de una especie de acupuntura, nuestra intención de reconectar nuestro pensamiento con el suyo,  de forma consciente, llevando a la pureza de la conciencia de la Antártida hacia los registros ancestrales humanos en el polo norte. En una segunda etapa,  recorreremos los 12 rostros del dodecaedro planetario a través de las líneas del inconciente colectivo, registrando en este viaje documental, el pensamiento y sentimiento de sabios y niños de todas las culturas sembrando sus mensajes para la gestación de una nueva tierra y humanidad en la red de la conciencia planetaria. Volviendo a tomar en cuenta las 3 bases universales, nuestro viaje de despertar de conciencia intencionará sobre la frecuencia, la frecuencia movilizará la energía necesaria para llevar este mensaje a todos, a través de los materiales audiovisuales y gráficos que permitan expandir una red de acción que colabore en la transformación de la materia. En estos tiempos turbulentos y de caos global, la civilización se encuentra ante un abismo existencial en el cual debe replantearse si continúa de esta forma o la modifica. Nuestra colaboración para dicho salto evolutivo se traduce en el Proyecto Isidris, que a partir del movimiento planetario realizado entre los años 2017 y 2020 permitirá crear una red de encuentro global teniendo en cuenta la visión de los niños y jóvenes, en donde podamos debatir sobre la creación de bases para una sociedad diferente que trascienda de la ideología social a la biología social,  al mundo, hacia el futuro de las naciones y estados en un estado evolutivo armónico a la tierra.

¿Para qué hacer todo esto?
El constante anhelo de la humanidad es descubrirse a través de sí mismo buscando en dicho proceso la armonía consigo y su entorno. Por eso nuestros proyectos no han surgido desde la frustración con el medio, sino de la felicidad del simple hecho de transformarse y superarse en el proceso. La mayor expresión de amor de este universo es la evolución.
¿Estás listo para evolucionar?
¿Estás para la Evolución?

Cuenta la leyenda que en el principio de los tiempos, existió una civilización que dio origen a todas las otras, transformando la humanidad de su estado prehistórico a un estado cívico. Esta civilización entregó a los pueblos del mundo herramientas que le ayudasen a los hombres y mujeres a Conocer su Propósito y ¿Quiénes eran aquí en la Tierra? Construyendo diversos monumentos alrededor del mundo, demostraron su desarrollo de conexión entre el cielo y la tierra, guiándose por la geografía y la geometría del planeta. Con el paso del tiempo, su poder fue creciendo sin límites a lo ancho y largo del mundo. Cuenta Platón que todo este poder y sabiduría se convirtieron en avaricia y ansias de control, sumiendo a la humanidad y civilizaciones en una extensa decadencia, que eventualmente la llevaría a la perdición de su sentido y propósito humano. Desde la caída de esta legendaria civilización y la desconexión de todos los pueblos, todos los sistemas y naciones posteriores permanecieron sometidos a este legado cultural de Control, Jerarquía Dominio y pérdida de Propósito del Ser. Miles de años después, remontándonos a la actualidad, con el desarrollo, la evolución social, tecnológico, espiritual y científica,  hemos podido avanzar y liberarnos de muchas de estas programaciones. No obstante, debajo de todos esos logros, se mantienen en el inconsciente colectivo patrones ancestrales que aún nos derivan a un sistema de dominio y control. Miles de personas están despertando y reconociendo que es momento de transformar la realidad del mundo actual. Si bien, a lo largo de la historia, la humanidad se ha transformado constantemente, lo ha hecho desde  sus formas y no desde su esencia, atrapándonos constantemente en una red cíclica

Cómo podemos lograr una verdadera Transformación?

Si en lugar de comenzar por la forma, modificamos la Esencia?
Alineados con la evolución natural de la Tierra, una gran parte de la humanidad ha decidido embarcarse en proyectos de cambio. Tomando la responsabilidad, a través de acciones que colaboren con las diferentes necesidades. Como la ecología, la educación, la distribución de la riqueza y la igualdad de condiciones en todos los aspectos socio-culturales. Para llevar a cabo esto y sumarnos al impulso de transformación, en el año 2012 fundamos la Fundación Arsayian cuyo propósito es el de generar una gran red de redes de consciencia que ayuden a modificar viejas programaciones. Para que 1 ser humano pueda realizar un cambio en su vida, primero debe generar la conciencia de que ese cambio es necesario. Por esto nuestro
objetivo primordial es colaborar en el “Despertar de la Conciencia” que eventualmente sumará cada vez más personas a los tantos proyectos de cambio iniciados por las diferentes comunidades. Jung hablaba de una red de inconsciente colectivo, que determinaba las conductas de la sociedad. Para poder transformar este inconsciente en consciente es necesario reconocer las bases que sustentan esta red. Según las leyendas de las antiguas civilizaciones, los pueblos ancestrales conocían ciertos puntos de la Tierra se podía acceder a este gran registro inconsciente, puntos en donde construyeron algunos de sus monumentos. Para acceder a esta red utilizaban mantras, oraciones, cantos, música, lo que nos lleva a  comprender que a frecuencia es el lenguaje universal. Todo lo que existe se basa en un patrón trino: FRECUENCIA, ENERGÍA y MATERIA. 
 La materia se constituye de energía, y la energía de frecuencia. Si buscamos transformar la materia y las acciones cíclicas que esto genera, debemos transformar la frecuencia que la constituye. Si pudieras oír todos los sonidos y ritmos de la tierra, escucharías una sinfonía armónica y notarías que solo 1 de sus instrumentos se encuentra desafinado: el ser humano. Si deseamos entonar y volver a escucharnos como parte de esta orquesta,  es necesario afinarnos. Para poder hacerlo, debemos salir de la creencia de la separación, que nos hace observarnos por encima de la Tierra cuando en realidad, somos uno con ella, yo soy la tierra.
Como nos cuenta Carl Sagan:
somos polvo de estrellas, es decir semillas universalesnacidas de la expresión del sonido universal, que a través de su fractalicización, crea la vida. En el oráculo de Delfos,  se decía que para conocer el universo, debías conocerte a ti mismo. Es decir, que dentro de nosotros encontramos todas las respuestas. Entender la biología de nuestro ser, nos lleva comprender una biología mayor, esto es conocido como el Árbol de la vida: Yggdrasil  ó Kabbalah para los hebreos
No importa que parte tomes del todo, el todo habita todas las partes.
Tomar conciencia es traer claridad a la realidad. El Universo realiza esto mediante a través la fotosíntesis, con lo cual cada árbol representa nuestro mundo a 1 neurona, y los bosques a 1 pensamiento. Como humanos, realizamos el mismo proceso a través de la conciencia y la acción, es decir que en este mundo, somos las neuronas capaces de generar una red de  sinapsis creando un pensamiento que nos lleve a la acción transformadora. Como dice Hermes en el Kybalión “el cambio fundamental ocurrirá cuando el pensador cambie de mentalidad”. Esta red sináptica hace su recorrido a lo largo de las líneas geomagnéticas y geométricas de la tierra, de la cual, sus nodos más importantes yacen en lo que llamó Platón: icosaedro y dodecaedro. Como dirían los sumerios, un pueblo que se basaba su origen en las estrellas, somos semillas universales: I AM (Yo Soy)
Tomando el concepto de
fractalidad comprendemos que tanto la tierra como el humano, poseemos organismos biológicos, tales como huesos, glándulas y sistema nervioso. Este último, sumado al espinal y vehículo neuronal, se extiende en la tierra a lo largo de todas las cordilleras del mundo, las cuales se conectan a través de una gran falla tectónica que los científicos señalan como “el cinturón de fuego”. Al recorrerla, buscamos hacerle sentir a la Tierra, a través de una especie de acupuntura, nuestra intención de reconectar nuestro pensamiento con el suyo,  de forma consciente, llevando a la pureza de la conciencia de la Antártida hacia los registros ancestrales humanos en el polo norte. En una segunda etapa,  recorreremos los 12 rostros del dodecaedro planetario a través de las líneas del inconciente colectivo, registrando en este viaje documental, el pensamiento y sentimiento de sabios y niños de todas las culturas sembrando sus mensajes para la gestación de una nueva tierra y humanidad en la red de la conciencia planetaria. Volviendo a tomar en cuenta las 3 bases universales, nuestro viaje de despertar de conciencia intencionará sobre la frecuencia, la frecuencia movilizará la energía necesaria para llevar este mensaje a todos, a través de los materiales audiovisuales y gráficos que permitan expandir una red de acción que colabore en la transformación de la materia. En estos tiempos turbulentos y de caos global, la civilización se encuentra ante un abismo existencial en el cual debe replantearse si continúa de esta forma o la modifica. Nuestra colaboración para dicho salto evolutivo se traduce en el proyecto Isidris, que a partir del movimiento planetario realizado entre los años 2017 y 2020 permitirá crear una red de encuentro global teniendo en cuenta la visión de los niños y jóvenes, en donde podamos debatir sobre la creación de bases para una sociedad diferente que trascienda de la ideología social a la biología social,  al mundo, hacia el futuro de las naciones y estados en un estado evolutivo armónico a la tierra.

¿Para qué hacer todo esto?
El constante anhelo de la humanidad es descubrirse a través de sí mismo buscando en dicho proceso la armonía consigo y su entorno. Por eso nuestros proyectos no han surgido desde la frustración con el medio, sino de la felicidad del simple hecho de transformarse y superarse en el proceso. La mayor expresión de amor de este universo es la evolución.
¿Estás listo para evolucionar?https://descubritupotencial.blogspot.com.ar con Mónica Altamirano en Colaboración con
 http://www.yosoyuno.org/
http://www.fundacionarsayian.org








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